lunes, 6 de julio de 2009

VARIACIONES GOLDBERG

¿Quien no ha leído un pasaje literario en voz alta, quién no ha intentado acercar inconscientemente las manos hacia la tela de un cuadro que encandila con su belleza, quién no ha cantado una canción o tarareado después de haberla escuchado y haberse enamorado de ella?Hay personas que interpretan la música con la mejor de las técnicas y otras que van más allá, que han sido tocadas con la gracia del genio y la viven, la sienten y la hacen suya. Glenn Gould fué de los segundos. Este personaje excéntrico transgredía las normas del protocolo musical cuando tocaba el piano, con su vieja silla, rasgada, de una altura tal que le permitía acercar su nariz al teclado y siempre, fuese invierno o verano, se presentaba con una bufanda de lana al cuello en cualquier lugar. Se remojaba las manos durante cinco minutos en agua caliente antes de tocar, según él, porque si.. Y tarareaba, SI, tarareaba mientras tocaba y grababa (en estudio) a Bach. Fué con Bach, con las Variaciones Goldberg, con las únicas que repitió grabación. ¿Porqué con ésta y no con otras piezas? Pues, sinceramente, no lo sé. Y creo que jamás hizo comentario alguno. Lo que si sé es que los ortodoxos le darían una colleja en la cogota sólo al verle sentado ante su piano. Y los que amamos la música sólo escuchamos un “fuera de serie” que transpiraba su música, atravesaba las partituras, vivia, soñaba y amaba lo que interpretaba y conversaba con su compositor preferido. ¿O temido? Otra intérprete del maestro, Anne Gastinel, comenta en una entrevista que tiene la impresión de haber interpretado al compositor durante toda su vida, que está convencida de que cada vez que toca alguna pieza de Bach lo hace de una forma diferente. Se está refiriendo a las Suites. El momento “llega” y t o c a , con todas las letras. Resulta un trabajo de investigación tanto externo como interno del intérprete. En la música de Bach es excepcional el gran rigor y la arquitectura de su música, de su composición, es así como una cuadrícula que te puede hacer saltar en todas y cualquiera de las direcciones pero que también asusta porque te da esa libertad de partir allá donde quieras o puedas creándote esa angustia por querer llegar a la perfección y rendir así homenaje al creador, no sabiendo nunca el resultado o con la única realidad de observar que lo que uno toca jamás se va a volver a repetir.Volvamos a las Variaciones. Ya he comentado alguna vez mi pasión y predilección por este compositor, pero aquí y ahora ese dato no tiene importancia. Lo que me gustaría sería que alguien me leyese y sintiese la curiosidad de escuchar, cuando menos, las Variaciones Golberg, de J. S. Bach. Dicen las lenguas que las compuso para un conde de Dresde que padecía de insomnio. El nombre se debe al primer intérprete, el joven Goldberg, alumno de Bach y clavicordista de la corte del aristócrata, que debía tocarlas para que éste se conciliase con el sueño. Otra versión, la más humana, es que las Variaciones fueron compuestas como devolución de un favor. El caso es que J. S. Bach tuvo 20 hijos, o más, así que cada cuál que piense en la causa de la composición lo que le dé la gana. Alguno habrá que le achaque el origen del fascismo, pero allá éstos, que se pierden la grandiosidad de su música, no siendo menester la mezcolanza de los fantasmas que les persiguen con el deleite que supone la audición de la obra de este genio que compone y este otro que le interpreta.Son treinta variaciones no sobre un tema ni una melodía sino sobre un fondo armónico común que preceden un aria. Y al final, según nota del autor, se vuelve a repetir el aria, es decir, Aria di Capo e Finale. Escuchar a Glenn Gould tocando las Variaciones Golberg es algo extraordinario, único e irrepetible


Allá van las primeras siete. A disfrutar!!!!

2 comentarios:

Enigma dijo...

Fantástico!!!!!!!!!!!!!!!! Tal parece un niño grande que le han regalado su primer juguete... un piano por el que él soñaba, se "nota" como lo está saboreando, disfrutando al máximo y quizás para expresar sus emociones es por lo que hace esas gesticulaciones y se acerca tanto al piano, para sentirse como si fuese parte del mismo. ¿Por qué lo habían de tachar de fascista.. porque cambiaron su apellido para que no los confundieran por judios?... ya sabes, a la gente les gusta colgar etiquetas y añado lo que ya dije una vez... "lo importante es el arte, no los credos"

Empe dijo...

No sabía lo de su apellido. Aunque así sea, el sonido es extraordinario.