sábado, 25 de julio de 2009

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Viernes, 24 de Julio de 2009 / 09:10 h

Educarnos para el futuro. Y el presente ¿qué…?


Ramón D. Rivas

Hoy en día se habla mucho de que hay que educarnos para el futuro; yo me pregunto y si todos nos educamos pensando sólo en el futuro ¿qué valor le damos al presente? De una cosa sí estoy seguro y eso es de que la educación nacional en nuestro país, y en todos sus niveles, merece estar en el centro de las políticas del nuevo gobierno y la misma merece un debate genuino, ya que es un tema de enorme relevancia y que, sin lugar a duda, es parte clave para el presente y futuro del país. Es importante hacernos la pregunta: ¿qué se ha enseñado? ¿qué se está enseñando? Es importante también saber y preguntarnos ¿cómo se enseña? Pero también preguntarnos ¿con qué fines se han establecido los programas de enseñanza? También es necesario preguntarnos si lo que se ha enseñado sirve y bajo qué parámetros lo que se quiere enseñar o, es más, lo que se está enseñando, es bueno, es lo que quiere en individuo y por ende beneficia a la sociedad.

Es necesario estar abiertos todos: los que enseñan, los que aprenden y la sociedad en general a un debate con amplitud, tratando de brindarle a la educación la complejidad y la delicadeza que ésta tiene, para no enfrascarnos en una especie de reduccionismo y solamente vincular el debate, a sabiendas de que ya sé lo que quiero que se enseñe. La educación nacional tiene problemas importantes y que apuntan hacia la equidad, no tanto en el acceso al sistema como en la permanencia y la preocupación, por el egreso de los estudiantes con niveles apropiados de calidad educativa.

La construcción excesivamente centralizada y estadista de la educación, es un esquema que hay que revisar. ¿Cómo es eso de que hay categorías a, b, y c en los centros de enseñanza? Que hay universidades acreditadas y otras no. Lo que no sirve hay que hacer que desaparezca o se reestructure para bien y eso vale también para la UES. En esta sociedad ya no etamos para perder el tiempo en mediocridades.

Eso sí, se deben establecer buenos y efectivos parámatros de evaluación y todos tienen y deben de participar. Considero que la educación salvadoreña esta enferma de uniformismo, está enferma de falta de libertad, de falta de pluralidad, de falta de diversidad. Donde no se alimenta la creatividad y la innovación no se pueden procurar niveles de excelencia, que es el otro elemento que le falta al sistema salvadoreño, y hay que hacer comulgar la equidad con la calidad como forma de democratizar los contenidos. Soy de la opinión de que, en este país, el sistema educativo está atascado, atrasado y tenemos que meterlo rápidamente en el siglo XXI; hemos estado ante un sistema de educación inflexible y con un sentido de optimismo irreal.

Hasta se ha dicho en años anteriores —y ¡cuidado…! pues así es como se crean los mitos— que somos los que tenemos el mejor sistema de educación a nivel centroamericano y que aquí todo mundo le apunta a la educación con excelencia. La realidad es otra. Los parches en donde se esconde lo feo, no se han querido quitar para remendar de una sola vez lo malo. Hemos vivido en una sociedad mitificada. Los seres humanos somos todos distintos y los salvadoreños no somos la excepción.

La educación tiene que ser flexible y, sin embargo, estamos siguiendo el viejo modelo de fábrica, que es el modelo de la revolución industrial; todos empiezan en el mismo lugar y se visten de la misma manera, hacen los mismos estudios y salen por el mismo lugar con el mismo título. ¡Qué cosa..! Aunque todos dicen que se educan para el futuro, eso no es así. No se educa para el futuro, se educa para servir en una sociedad que no conocemos.

No niego que —año 2009 y lo que viene— para trabajar en el futuro es necesario usar las tecnologías de la información y de las comunicaciones y que estas deban ser instrumentos para desarrollar la creatividad y no para hacer lo que esas máquinas programadas ya tienen.

En el mundo urbano en que vivimos, ya no hay ningún puesto de trabajo digno o de relevancia, en el que no se trabaje cerca de un equipo electrónico, de una computadora o que no se usen los medios de comunicación en forma intensa. Hay que ver cómo se enseña y qué es lo que se enseña en los pueblos y cantones de nuestro país. Pero hay que ver qué es lo que se enseña y cómo se enseña en los mismos niveles en determinados colegios privados de nuestro país. Y todos somos salvadoreños y todos vamos a salir con el mismo diploma.

Aquí hay bachilleres del primer mundo y bachilleres del cuarto mundo. ¡Qué cosa…! En este país, nos estamos educando a medias y se educa y prepara sólo el que puede y todos somos salvadoreños y vivimos y vamos a seguir viviendo en el mismo país. Por lo menos eso espero, ya que la desbandada hacia el norte continua. El sistema educativo en nuestro país tiene una deuda con la sociedad; ya que no se está educando para el presente, tendríamos que integrar, incluir y aumentar la capacidad creativa desde el punto de vista de la educación científico-tecnológica y desde una edad temprana. No se trata de enseñar el como se enciende y se echa a funcionar y apaga una computadora.

La tecnología debe ser resolución de un problema práctico, debe ser poner el conocimiento y sumarles capacidad y creatividad aplicada al sistema. La enseñanza de la tecnología debe acercarnos a un país, que quiere producir diversamente y explorar diferentes aspectos. El tema de la educación y su aplicación en el presente y en el futuro, debe preocuparnos a t0dos ya que ésta tiene una relación directa con lo que llamamos, en general, la formación de la subjetividad salvadoreña.

Es tema de preocupación el cómo hacer que los jóvenes manejen su pasado para así poder funcionar en el presente y por ende, poder funcionar en el futuro. El sistema de educación también tiene una deuda histórica con la sociedad salvadoreña de antes y después de los Acuerdos de Paz, ya que aquí en los últimos veinte años, no se habla de historia ni nacional ni mucho menos internacional. Al paso que vamos, es como si fuésemos un pueblo sin historia. ¡Imagínese usted…! Y es que hay un problema: es la formación docente. En este país, urge dignificar la carrera docente y en todos los niveles.

Es necesario invertir en una formación con conocimientos integrales en los docentes. En este país el docente está tan degradado que, en muchos lugares, decir soy docente es como referirse a alguien que no pudo encontrar otra cosa de cómo vivir y eso tiene que cambiar.

Urge apuntarle a la educación integral; es disponer de un conocimiento tecnológico y humanista y esto no está incluido en la currícula. ¿Será necesario abrir un profesorado y comenzar a preparar a los estudiantes de educación media para su futuro profesional? En este país y en muchos otros, existe ya la idea generalizada de que sólo obteniendo un diploma universitario se es un ciudadano pleno, cuando en la realidad muchos connacionales serían buenos y ciudadanos necesarios, para el país con un diploma técnico.

De qué le sirve al país, tener miles de abogados, miles de administradores de empresas y miles de yo no sé qué más… cuando en este país cuesta encontrar un buen electricista o un buen albañil.

Hay que preguntarnos también sobre el porqué hemos llegado en nuestra sociedad a degradar profesiones. En este país decir electricista, albañil o ebanista es decir “chicote muerto”. Pero lo mismo vale para un profesional y esto es lo que hay que analizar con seriedad y no con slogan.

La ciencia y la tecnología son construcciones humanas; los que crearon la tecnología pertenecen a un momento histórico, a una sociedad y tienen una ideología; pero, además, la sociedad les da el lugar también. La tecnología debe ser transversal al currículo educativo formal. La tecnología debería de ser usada para formar a distancia, así como para dar apoyo y orientación a los docentes y es imprescindible; la tecnología puede democratizar la polarización nacional, que es mala para la enseñanza.

3 comentarios:

Enigma dijo...

Muy bueno cuanto plantea este antropólogo, pero todo lo que expone no es unicamente en su pais, en el nuestro pasa lo mismo. En el presente, hay cientos y miles de personas con título universitario de médicos etc. que no saben donde van a trabajar, quizás tengamos demasiados diplomados y en cambio la mano de obra, esos que consideramos son de una élite menor, son los que verdaramente faltan, hoy... el presente y muchos de los que existen han aprenddo de una manera sencilla, "para salir del paso" y lo que necesitamos ahora en el presente es mano de obra bien cualificada, por supuesto acompañada de una cultura, sin ésta, el pais nunca podrá tener ese futuro prometedor del cual todos nos preocupamos.

Enigma dijo...

Recuerdas aquella entrada que hice de la etnia de China "los moso"?, ellos dicen que nuestro futuro está en la espalda y el pasado delamte de nosotros. Con ello quieren expresar que el pasado es lo que conocemos, porque lo tenemos delante de nuestros ojos, mientras que el fututo no puede verse.

Empe dijo...

El problema radica en esa deuda que se presupone debemos al Estado. La educación, en términos generales, es siempre funcional y no es libre, ya sea en la pública o en la privada. Jamás será libre.